Cada producto fabricado y puesto en el mercado ha de ser empaquetado de una determinada concreta, para asegurar la calidad y seguridad del producto, para la eficiencia en las líneas de producción y por supuesto para marcar la diferencia desde el punto de vista de marketing. Sin embargo muchas empresas de la industria alimentaria, farmacéutica, cosmética o de productos del hogar, dejan de reinventarse una vez obtenido el packaging "adecuado". Pero... ¿Y si pudiese mejorarse? 

En nuestra experiencia siempre hay cabida para la innovación y más aún en la actualidad donde el packaging sostenible va cogiendo más y más fuerza, donde la gestión de desperdicios producidas por el empaquetado se pone en evidencia. Cada cambio ha de realizarse teniendo en cuenta cada producto a lo largo de su ciclo de vida y ha de beneficiar al negocio en todas las áreas para causar un impacto positivo en el producto, la producción, la logística y el medioambiente.

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